lunes, 26 de noviembre de 2012

Petrificado



Exhausto. Aquí estoy sentado con mis manos cubriendo mis ojos para no ver la carnicería.
Aquí yace una totalmente reseca. Allá otra desmembrada. Les hay de género másculino... pero no han corrido mejor suerte.
Estoy sentado en una roca, inmóvil. Paralizado, petrificado... con mis manos llenas de sangre.
Tengo miedo a moverme, a que, sin querer, aprecie un pequeño movimiento y cual vampiro hambriento vaya a exprimir las pocas gotas de vida de los pequeños cuerpos que se agitan.
Nunca pensé que esto pasaría. Que podría llegar a ser tan cruel. Pero me han empujado a ello. Ellos... esos ellos que viven en mi cabeza y me persiguen, esos ellos que existen y no.
Me trajeron locura, color, formas. Me dieron sus brillos, sus miradas, sus sinrazones.... me dieron todo. Hasta morir.
Ahora yacen ante mí. y me cuesta mirar, porque yo soy el responsable. Soy el asesino, el destructor, el exterminador. Podía haber cuidado más de ellos y ellas pero no. Les engañé, les dije que podría, que confiaran en mí, que me dieran todo y yo se lo devolvería.
Pero que horrible soy, que persona despreciable. Lo tomé como un juego pero era algo serio. La sangre en mis manos lo demuestra.
No estoy triste, estoy abatido, sin fuerzas, y con el convencimiento de que no vendrán más, el hedor de los cadáveres espantará a cualquier atrevido o atrevida que ose acercarse...
Aquí estoy, en esta fría roca, sentado, pasan los días, las noches, y la roca se funde conmigo.
No tardaremos en ser uno sólo, la roca, los cadáveres y yo.

Dirán: Aquí yace el artista estúpido que asesinó a todas sus musas.


Mr. ander, el viernes, 10 de agosto de 2012

1 comentario:


  1. Las musas renacen como el Fenix,solo hay que darles tiempo y dolor que comer..

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